El Monumental se quedó atónito. Así como en numerosas ocasiones Carrizo se vistió de héroe y sostuvo las victorias, esta noche le tocó cargar con gran parte de la responsabilidad del empate de San Lorenzo, tras su error fatal en La Bombonera. Se le escapó la pelota de los guantes tras un tiro lejano de San Lorenzo y la pelota terminó adentro de su arco para el 1-1, empate que condena. Un golpe tremendo para un River que arrancó el encuentro todavía afectado después del superclásico y con la presión de tener que ganar o ganar para no quedar en zona de Promoción. El peor momento para recibir un estilitazo como éste y que dejó a River al borde de la catástrofe futbolística.
A River le costó una tonelada poder afrontar este partido. Sin Almeyda en el mediocampo, River sufrió en la recuperación, no pudo hacer pie en el centro y dejó que Ortigoza tomara el control de la mitad de la cancha. Salió a la cancha muy estático en ataque, con poca movilidad y mirando a San Lorenzo asentándose en el Monumental. El único brillo lo generaba Lamela cuando la pelota pasaba por sus pies. River se enciende cuando Lamela recibe la pelota y arranca con un voltaje superior, pero nadie habla su mismo lenguaje para darle la compañía que necesita.
La idea de San Lorenzo era tomar de cerca a Lamela, ganar la batalla en el medio, pero arriba resolvió mal cuando se encontró con la defensa de River. El equipo de JJ López estuvo atado entre tensión y nerviosismo durante toda la primera media hora. El gol apareció en el momento justo, después de negarse en las últimas dos fechas. Pavone peleó la pelota en el área y Caruso puso la definición, de taco, con pura clase. Con pocas chances, sin tener la pelota y mucha angustia, con todo ese lastre encima, River se encontró una ventaja esencial que empezó a reducir parte de la presión.
La segunda parte arrancó pareja, con pocas situaciones y con River refugiado atrás, eligiendo defenderse en la última línea, porque el mediocampo -a Cirigliano, reemplazante del Pelado, le comieron la espalda- rara vez se impuso para frenar a San Lorenzo o sacarle libertad a Ortigoza. Mientras el Ciclónmanejaba los hilos, pero al llegar al área se deshacía por su falta de claridad, River pudo haberlo liquidado con un par de ocasiones. Y llegó el momento fatal. El Ferrari cuervo le pegó casi desde 40 metros, Carrizo puso mal las manos y la ventaja se esfumó. El arquero quiso demostrar que estaba entero y a la jugada siguiente paró corazones cuando quiso gambetear a Romagnoli y casi la pierde.
La reacción desde el banco fue tardía. Caruso no tocó la pelota en todo el segundo tiempo porque River apenas dispuso de ella y escogió el contraataque, algo para lo que era útil un jugador más veloz para la réplica. Recién faltando un minuto ingresó Funes Mori por González Pírez.
River se quedó en Promoción, sólo le valía ganar en casa para no quedar nuevamente atrapado allí y perdió dos puntos de la peor manera posible. Carrizo, tantas veces encargado de sumar puntos, hoy los restó. Otro partido gris en el Monumental. En un momento en el que se esperaba estar con el camino allanado, la pesadilla sigue ahí. El ánimo, más tocado que nunca. El abismo vuelve a estar ahí cerca y la semana que viene se vendrá una verdadera final contra Olimpo.
