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Feliz cumpleaños amor de mi vida!

Los 110 años del Club llegan en medio de un contexto difícil a nivel deportivo e institucional. Durante los últimos días, además de la inquietud que genera la Promoción, River sufrió actitudes soberbias, orgullos mezquinos y la infaltable miseria política, que lo han sumergido en la polémica constante. Justo cuando -como dijo Almeyda- La Banda necesita a todos unidos por River.

Parece mentira que 110 años atrás un grupo de personas se haya unido para fundar lo que hoy otro grupo se empecina por dañar. Poco y nada parece haber quedado de aquél espíritu de grandeza con el que los integrantes de los clubes Santa Rosa y La Rosales forjaron los inicios de una de las instituciones deportivas más prestigiosas del mundo.

Estos últimos días, en River, hasta algunos integrantes de su plantel fueron cada uno por su lado. Así lo demostró Carrizo, que intentó escudar su arrogancia en un rapto de calentura, sin tener en cuenta que a quien humillaba en pleno Monumental fue parte de la rica historia del club. Y así también lo demostró Fillol, al imponer su orgullo por encima de una camiseta que más que nunca lo necesita ahí, no como soldado de Passarella, sino de River.

O por caso Buonanotte, que con todo su capricho a cuestas no comprendió que su gigantografía sobre Figueroa Alcorta es parte de un simple juego que no excede a River ni a sus compañeros. Pero cómo pretender que chicos de veintipico de años sepan en dónde están parados, si los dirigentes a su alrededor sólo se preocupan por hacer la suya. Encima, desde afuera, resurgen ex presidentes, ídolos y publicaciones (mal intencionadas o no) con el único fin de atacar a Passarella, en lugar de entender que en este momento el club lo último que necesita es embarrarse en la política.

Lo que River necesita hoy es a Carrizo y Fillol juntos, a Buonanotte sin declaraciones estridentes y a los dirigentes (los de ahora y los de antes) guiando al club sin intereses de por medio. Necesita a once Almeyda dejando la vida por los colores, y a esa caravana que no prosperó, pero que habría embanderado la ciudad de una punta a la otra de rojo y blanco. Necesita, a sus 110 años y hoy más que nunca, que el Mundo River esté junto a River.