Le costó descifrar el enigma que le proponía el equipo del Sur del Gran Buenos Aires en los primeros minutos del partido. Las dos líneas de cuatro que presentaban los del Gallego Méndez hacía escasear los espacios y complicarle la circulación de la pelota a los volantes de River. Todo cambiaba cuando la pelota pasaba primero por los pies de Acevedo y luego de Lamela. El volante central clarificaba todo con el ‘primer pase’ y el número diez se encargaba de dejar un tendal de jugadores de Banfield cuando encaraba.
Pero de mitad de cancha para atrás no mostraba la solidez que suele tener con un rival que tenía dos delanteros que sólo eran acompañados por el peligroso Jonathan Gómez. Los centrales no tuvieron un buen partido pero River no recibió goles ¿Cuál fue la razón? Juan Pablo Carrizo. El arquero mostró porque es el mejor del país y seguramente defenderá el arco de la Selección en la Copa América.
A los 35 Gómez anticipó un mal pase de Maidana hacia atrás para quedar mano a mano con el 1 de River, quien mandó el remate del ex Central al corner de manera estupenda. Después le sacó un remate del ángulo al mismo jugador manteniendo el arco en cero como de costumbre.
En ataque el equipo de Jota Jota mostró a un Lamela que se hizo cargo de cada ataque. De su zurda salieron las pinceladas más suaves para pintar a un equipo que sin su fútbol es bastante opaco. Porque a este River lo único que le sobra es actitud y empuje. Con el Pelado Almeyda como abanderado en la mitad de la cancha, este utilitario conjunto. Tan utilitario como certero, ya que a los 24 minutos del complemento, el capitán corajeó y se llevó una pelota que le quedó a Pavone para que le de el triunfo a River en su vuelta. Otro triunfo que no hace más que ratificar que sin quitar la vista de la tabla de abajo, el hincha se puede ilusionar mirando desde arriba a todos…
