Terminó siendo bueno el punto para River. Porque a pesar de que en la última Lamela lo pudo ganar, también Obolo pudo haber dejado los tres unidades en Sarandí sino fuera por una monumental tapada de Carrizo. Por eso el partido tiene dos miradas bien distintas: la positiva, que es que el equipo de Jota Jota sigue sumando como visitante, y la negativa, que el empate dejó las lesiones de dos jugadores claves como Pavone y Román. Con el empate, el Millo suma 9 puntos en seis fechas y dejó escapar la posibilidad de ponerse a uno del líder Racing.
Ni bien arrancó el partido el equipo de Jota Jota dejó bien en claro cómo iba a jugar el partido: dientes apretados, asfixiando a Arsenal en su propia mitad de cancha sin dejarle espacio a sus volantes para que creen. Eso no le garantizaba nada, pero si marcaba el territorio ante un equipo que sabe hacerle sentir a River el rigor de ser local (siempre le costó ganar en Sarandí al Millo) había mayores chances de encontrar la ventaja.
Y lo hizo, cuando a los 13 minutos, gracias a un precioso cabezazo de Jonatan Maidana, quien saltó más alto que todos e hizo estéril el esfuerzo de Campestrini. Todo hacía indicar que el 1-0 iba a permitirle al equipo visitante manejar los hilos del partido. Pero ni tiempo de festejar el triunfo parcial, ya que cuatro minutos después, un centro endiablado de Krupoviesa le permitió a Obolo anticiparse a la marca de Almeyda y dejar parado a un Carrizo que nada pudo hacer.
El primer tiempo mostró unos buenos últimos veinte minutos de Erik Lamela, un correcto Acevedo en el corte y la distribución, pero jugadores como Lanzini y Pavone desconectados del resto. Por su parte, Ferrari se mostraba mucho en ataque pero lo utilizaban poco y nada. Almeyda con el despliegue de siempre desbordó por izquierda y tiró un centro al que Román no pudo desviar. Fue la más clara del primer tiempo para River además del gol, mientras que los de Sarandí pudieron haberse ido en ventaja con un cabezazo de Aguilar que de manera brillante tapó Carrizo.
El segundo tiempo no empezó de la mejor manera porque a los 3 minutos Mariano Pavone sintió un pinchazo en el aductor de su pierna izquierda y tuvo que ser sustituido por Caruso. En cuanto a lo estrictamente futbolístico el complemento fue una prolongación del primero. Con los dos equipos priorizando más en cortar al rival que en generar peligro en el área de enfrente. Pero a pesar de que River fue el que más generó, el partido se lo podía haber quedado cualquiera.
A los 9 minutos Juan Manuel Díaz, el jugador con más criterio del equipo, llegó por izquierda y buscó un puntapié que no encontró a ningún compañero. Arsenal no generó peligro, salvo el susto de una salida muy riesgosa de Carrizo ante Leguizamón, que pudo haber costado caro. Pero con el correr de los minutos pareció que el empate le gustó a los dos equipos y ningunó arriesgó más de la cuenta. Lamela primero y Bordagaray después pudieron ganarlo sobre el final. También lo tuvo Obolo, que tras un error de Ferrero quedo mano a mano con un Juan Pablo Carrizo gigante. Pero la imagen que quedó fue la del gol errado por Lamela, quien en vez de romperle el arco a Campestrini quiso asegurar el resultado con un toque suave.
Pero no se engañe, River volvió a mostrar lo mismo de siempre. Una firmeza defensiva que le da tranquilidad y una anemia ofensiva que con la lesión de Pavone puede agravarse aún más.
