Su presencia no es común en los entrenamientos, pero siempre aparece en los momentos clave. Alrededor de las 10.45, el presidente entró en el vestuario Ángel Labruna para hablar sobre todo con JJ López, pero también lo hizo a la pasada con algunos jugadores, una buena señal porque en este momento precisan de apoyo y respaldo, que vale el doble si viene de parte del propio Passarella.
No hubo charla en especial con los jugadores, habló algo breve con alguno de ellos, como con Carrizo, pero sí dialogó tendido con el entrenador. También pasó por la concentración y compartió el almuerzo con los jugadores. El presidente quiso transmitirles su confianza en esta situación límite que afronta River y tras una semana que, con el affaire Carrizo-Fillol, no fue sencilla.
Passarella decidió no viajar al congreso de la FIFA previo a la Champions League y tampoco hubo presencia riverplatense por el Comité Ejecutivo de la AFA, tras la pelea con Grondona. Jamás va a los partidos de visitante, pero esta vez podría hacer una excepción a pedido de la dirigencia y estar presente en Bahía Blanca.