Volvió a realizarse un allanamiento en el club, ordenado por el fiscal Gustavo Galante, a razón de los destrozos que se dieron tras el partido con Belgrano y para comprobar las fallas del operativo de seguridad de aquel día.
El fiscal ordenó que esta vez se allanara River, con el propósito de realizar la verificación técnica de las cámaras del circuito cerrado de televisión. El operativo estuvo a cargo de la Policía Metropolitana y tuvo como motivo revisar los alcances de filmación y la rotación de las cámaras.



