Cambió el panorama del escenario de los nombres en River en las últimas horas. Lo que parecían llegadas inminentes de Carlos Sánchez y Martín Aguirre, entró en un impasse inesperado. River y Godoy Cruz ya habían alcanzado un acuerdo por el traspaso de ambos jugadores con una forma de pago y cantidad determinada, pero, a la hora de terminar de cerrar el trato y cuando el vicepresidente del Tomba ya había anunciado el cierre de la operación, River quiso cambiar lo establecido.
En Godoy Cruz no cayó nada bien este movimiento de River, además de trabar, por el momento, los dos pases. Que la operación se terminé concretando, dependerá de la voluntad del club mendocino, de la presión que metan los jugadores y de que River retorne a la forma de pago original que habían acordado.
Mientras tanto, Damonte sigue a la espera de que River abone su cláusula de rescisión de 375 mil dólares. River, sin embargo, se mantiene a la espera de saber cuál será el presupuesto con el que contará. ¿Por qué? Porque todavía hay esperanzas por parte de Almeyda de poder retener a Carrizo, Ferrari y Pavone. Tres jugadores con contratos altos.
Carrizo ya le comentó a Almeyda que quiere quedarse y atajar en la B Nacional para revertir la última imagen. Depende de cómo se libere de la Lazio, aunque no sería prioridad de los dirigentes su continuidad. Tiene ofertas del fútbol francés.
Por Ferrari ya hubo una reunión el lunes con su representante Fernando Hidalgo. Se definiría el miércoles si sigue o no, pero también tendría ofertas de Rosario Central, Vélez, el fútbol mexicano y el brasileño.
Pavone tiene ya casi todo cerrado con el Blackburn Rovers. Faltan detalles para que pase a la Premier League, pero, de caerse, volvería a River a préstamo por un año, ya que el pase está en su poder. Las chances son mínimas porque tiene todo encaminado con el club inglés.
Dependiendo de quién se quede, River sabrá que zona necesita reforzar y cuánto dinero se le va en contratos.
