River arrancó este martes, tras tener el lunes libre, una de las semanas más importantes de la historia del club. Puede ser la última de la temporada o el prólogo de lo que será una verdadera tortura. Consciente de la importancia que lo que se jugará, el plantel contó con la presencia de Daniel Passarella en la práctica, en el predio de Ezeiza.
Vestido con jeans, un sobretodo negro y una bufanda roja, el presidente llegó a Ezeiza manejando su propio auto. Ya había estado con los jugadores el jueves, durante un asado, pero esta vez, junto a Juan José López y Pitarch, habló con el plantel completo para transmitirles seguridad, apoyo, darles empuje y recalcar la unidad que se precisa en este momento. No hubo presiones ni reclamos. Tampoco se habló de la deuda que hay con los jugadores. -una cifra importante que hace rato se adeuda-.
Además del Káiser, Jota Jota también tomó la palabra. Entre el entrenador y el presidente, mantuvieron con los jugadores una charla de 13 minutos, en la que los futbolistas solamente se dedicaron a escuchar y no participaron.
Después del discurso, Passarella se quedó a observar la práctica, por momentos sentado en un banco, y dialogó brevemente con algunos jugadores. A la salida, le comentó a los periodistas: “Estoy muy confiado, vine a dar un poco de apoyo a los muchachos”.



