La Banda del Oeste volvió a pasar por el Monumental, al igual que el miércoles pasado, para reclamar que se les levante el derecho de admisión para ingresar a la cancha, aunque esta vez las fuerzas de seguridad ya estaban avisado, por lo que tanto empleados como la mayoría de los socios ya se habían retirado una hora antes.
El socio de River tuvo que volver a soportar este atropello, pero está claro que es un problema que escapa a la dirigencia, ya que deberían ser las fuerzas de seguridad las que le den una solución al tema. Estos manifestantes, con banderas, sombrillas, panfletos y pasacalles, aseguran que su intención no es la de ingresar adentro del club, pero si uno ve 150 personas afuera de su casa, por las dudas cierra. Ya el miércoles estuvo presente la custodia, porque la amenaza de la semana pasada era que iban a regresar el miércoles.
Mientras esto pasaba, Passarella se encontraba dentro del club, en los quinchos, comiendo un asado con otros directivos, pero prefirió no acercarse, para evitar un mayor conflicto. La historia viene para largo y parece tener un fin complicado.