Se cumplen 25 años de una de las mayores leyendas que integran la vasta historia de River. El 6 de abril de 1986, el Beto Alonso firmó uno de los capítulos más espectaculares que jamás se olvidará en las páginas riverplatenses: el clásico de la pelota naranja. Fue el día en el que el Beto marcó un doblete, en el que el primer tanto fue con un esférico de color inusual, y River campeón en la misma Bombonera, donde finalmente se dio la vuelta olímpica, pese a que no quisieron permitirlo.
Aquel encuentro frente a Boca ya había comenzado con un elemento místico para el recuerdo eterno: la mítica pelota naranja que Alonso cabeceó para marcar el primer gol del partido. Se había elegido, con la aprobación del árbitro Lamolina, aquel naranja fosforescente porque se esperaba una gran cantidad de papelitos blancos inundando el terreno de juego. El segundo gol a Gatti, también del Beto, aunque de tiro libre, sí fue con la tradicional Tango blanca.
“Cuando me contaron que se jugaba con una pelota de ese color, me dio igual: yo sabía que el Loco la iba a terminar yendo a buscar adentro”, comentaría años después el histórico `10´, quien agregó: “Hacer un gol en La Bombonera es más lindo, porque se lo hacés para la gente, que lo va a recordar toda la vida. De lo primero que se acuerdan es de la pelota naranja”.
En la semana previa a este encuentro que coronaría a River, la polémica había rondado entorno a si River debía dar la vuelta olímpica en La Bombonera. Al presidente Hugo Santilli, incluso, el propio Grondona intentó disuadirlo de que el equipo completara el tradicional festejo en la cancha de Boca. “Nos decían que sería nuestra responsabilidad”, recuerda Santilli.
River ganó como debía ese domingo, barnizó la historia de aquel día con el componente folclórico de la pelota naranja, el Beto puso la magia y, tal como había prometido, dieron la vuelta olímpica, con clase y sin entrar en provocaciones, en La Bombonera, algo que se había decidido por votación. No importó tener que salir bajo la protección de los escudos por los proyectiles de la gente local, el gusto estaba dado.
“Si tengo que volver a hacerlo y tengo que salir solo, salgo solo. Yo ni loco dejaba de dar esa vuelta olímpica en su cancha”, manifiesta hoy en día el Beto, quien se ganaría dos relojes por sus goles, debido a una apuesta con un dirigente de River.
La ficha de aquel encuentro:
Boca Juniors: Gatti; Di Natale, Higuaín, Passucci y Hrabina; Melgar, Olarticoechea y Hoyos (Dykstra); Graciani, Jorge Rinaldi y Tapia. DT: Mario Zanabria.
River Plate: Nery Pumpido; Eduardo Saporiti, Oscar Ruggeri, Karabin (Borelli) y Montenegro; Héctor Enrique, Gallego y Alfaro; Alonso; Amuchástegui (Gorosito) y Morresi. DT: Héctor Veira.
Gol en el primer tiempo: 30 minutos, Alonso
Gol en el segundo tiempo: 38 minutos, Alonso
Incidencia en el segundo tiempo: 21 minutos, expulsado Montenegro



