En los primeros 15 minutos del partido, River mostró una imagen parecida a la de la victoria ante Independiente, con un ritmo intenso para presionar y tirarse contra el arco rival. Pero se fue desafinando gradualmente hasta perder el protagonismo y quedarse sin ideas para poder ganarle en casa a un Argentinos que venía con el desgaste de jugar en la semana por la Libertadores. La merma del equipo se intensificó con la expulsión de Ferrari. Con pocas luces, el empate dejó un punto más para sumar en el Promedio, aunque se dio un paso atrás en rendimiento y se perdió la punta.
El partido tuvo un inicio dinámico, con mucho ida y vuelta sin frenos en los primeros minutos, con River mostrándose más entero que Argentinos para buscar la primera ventaja. La presión en el mediocampo, con Almeyda como abanderado, empujaba al rival a caer seguido en el error. Precisamente la más clara se dio cuando el Pelado fue a morder cerca del área contraria y, al trabar con Torrén, la pelota salió impulsada con tanta potencia que Navarro tuvo que esforzarse para mandarla al córner. Arriba, Lamela y Juan Manuel Díaz mostraron algunos primeros chispazos de su conexión, pero se quedaron en eso.
Desde los 20 minutos, Argentinos emparejó las cosas y se organizó mejor para tomar a Lamela -entre Prósperi y Laba se encargaron de taparlo- y anular su desequilibrio, y que Lanzini -errático- no generara peligro, dando como resultado el usual Pavone solitario y sin chances para buscar el gol. Se empezó a caer demasiado en los pelotazos largos y Chichizola tuvo que responder a las exigencias de Salcedo para seguir manteniendo su arco clausurado. Justamente si el paraguayo ex River hubiera estado más fino, quizás el sufrimiento hubiera sido mayor.
Cuando faltaban casi 10 minutos para el final de la primera parte, Ferrari respondió a una agresión de Torrén: los dos expulsados, y también JJ López, por protestar. Si bien, extrañamente, casi nunca se eligió el lado de Ferrari y sí el de Juan Manuel Díaz para avanzar, la baja le vino peor a River, que se quedó con sin una variante de salida por la banda derecha.
En la segunda parte, River dio todavía menos sensación de peligro. Apenas hubo un tiro de Pavone, tras una gran asistencia de Buonanotte, y un intento de Bordagaray. Poco riesgo y pocas herramientas para tomar el protagonismo del encuentro. Si contra Independiente Lamela, Lanzini, Acevedo -si él no está fino, Lamela y Lanzini lo sienten- y Juan Manuel Díaz -tuvo dos llegadas de cara al arco, pero no tuvo el filo de la semana pasada- habían completado grandes actuaciones, contra el Bicho se dio lo contrario. Decisiones equivocadas, pases fallidos y poca inventiva para superar al rival. Los ingresos de Bordagaray (por Lamela), Cirigliano (Acevedo) y Buonanotte (Lanzini) no le dieron más vuelo.
El empate dejó una unidad más y otra vez la valla de Chichizola -muy atento para cuando tuvo que actuar- invicta, aunque deja mal sabor desde lo elaborado. La expectativa, después de haber llegado a la punta, estaba puesta en algo más para esta fecha, especialmente porque se jugaba en el Monumental y ante un equipo desgastado. Pero se se alejó Tigre -le ganó a Quilmes- y habrá que ver Independiente. No se pudo dar el salto hacia más, aunque el punto sirve para la causa de este River.
